“Me encantan los contrastes, así que, para las piezas más voluminosas de invierno, quería un espacio pequeño. No sé si esto es por la época que vivimos, pero quería algo cálido, animado. Me imagine a las modelos hacienda un desfile para ellas mismas, yendo de salón en salón, cruzándose en las escaleras, amontonando sus abrigos en el guardarropa y subiendo al siguiente piso para cambiarse. Y pensé en los desfiles de los que me hablaba Karl, allá por el día, hace mucho tiempo, cuando las modelos se vestían y maquillaban ellas mismas,” dice Virginie Viard describiendo el ambiente del desfile CHANEL Ready-to-Wear Otoño-Invierno 2021/22.
“Así que, decidí ir a Castel. Me gusta tanto Castel por sus numerosos salones, las escaleras de caracol, su bar, el recorrido por este lugar, su estilo casita, donde las modelos se pueden cambiar, vestir y desvestir, maquillarse juntas y divertirse como una noche de chicas. Es muy sensual.” Una sensualidad que también toca los teasers de la colección y el dossier de prensa, puestos en escena por el dúo Inez & Vinoodh que filmaron este espectáculo jugando con los contrastes tan amados por Virginie Viard. Contrastes entre volúmenes, materiales y espíritu. Un abrigo largo de tweed con motive de chevron revela piernas desnudas con botas voluminosas en piel faux negra rizada; un traje pantalón en tweed negro con pequeños cuadros en lurex azul está adornado con tirantes finos en perlas y capas de collares sautoir. Una bata blanca en charol y forro de piel faux, se combina con botas bi-tono estilo “plumífero”, con perneras desabrochables dando paso a un par de botines plateados de tacón para ir a bailar. Los trajes enterizos de esquí blanco acolchados bordados con motivos rojos y azules o en tweed fucsia, se llevan con sandalias de tiras adornadas con cadenas y lacitos negros o zapatos de tacón adornados con una camelia, mientras que delicadas blusas de gasa o crepe de chine, se combinan con piezas inspiradas en la ropa deportiva de invierno.
“Esta colección es una mezcla de dos influencias: el ambiente de las vacaciones de esquí, que adoro, y una cierta idea de la elegancia parisina, desde la década de 1970 hasta ahora.”
Bailarinas de lentejuelas, minaudières cubiertos de strass a modo de collar de sautoir, camisa negra de hombre con cuello y puños blancos debajo de un precioso traje de lurex azul marino, falda de tweed sobre un mono de punto adornado con hilos iridiscentes…
“Hoy algunas de estas siluetas me hacen pensar en el encanto de Stella Tennant, la forma que usaba ciertas piezas, era tan Chanel.”