Chanel, back to basics: un desfile que volvió atrás para dar el siguiente paso.

La maison no necesita anunciar transformaciones, ya que sus colecciones hablan por sí solas. Así fue la presentación de su colección de Alta Costura Otoño-Invierno 2025/26: una propuesta sin un líder creativo visible, tras la salida de Virginie Viard, pero con una esencia más clara que nunca. Fue un desfile cargado de símbolos, emociones y guiños al pasado que no solo cerró una etapa, sino que abrió, con elegancia, el futuro de Chanel.

El Grand Palais se convirtió en una extensión extremadamente íntima. Todo evocaba a Coco Chanel: desde las escaleras, los espejos, el beige como código sagrado y espigas que aparecían entre bordados y decoraciones. El ambiente tenía un tipo de ritual, como si la historia misma de la casa se revelara en la pasarela.




El gran protagonista fue, por supuesto, el tweed. Pero esta vez se mostró más libre, combinado con plumas, lentejuelas, flecos y texturas inesperadas. Capas largas que rozaban el suelo y minifaldas en una paleta elegante y contenida: beige, blanco, negro, marrón, marfil, con toques de mostaza y amarillos suaves.




¿El final? Ceremonial y espiritual, dejándonos con todas las ganas de ver la nueva propuesta de la mano de Matthieu Blazy.




 

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